Mágica y elástica de Cuqui Jerez

Mágica y elástica es una pieza concebida por Cuqui Jerez y creada en colaboración con seis artistas de diferentes disciplinas: Óscar Bueno (performer y músico), Cécile Brousse (bailarina, performer y coreógrafa), Javi Cruz (artista visual y performer), Louana Gentner (artista visual y performer), Anto Rodríguez (cantante y performer) y Gilles Gentner (diseñador de luz). Se trata de la precuela de Las Ultracosas un proyecto que transita lo coreográfico, lo físico, lo objetual, lo escenográfico, lo pictórico, lo plástico y lo teórico realizado en 2019 por el mismo equipo.

En Las Ultracosas la investigación práctica de Cuqui Jerez y los performers se centraba en explorar el límite del lenguaje desde una experiencia estética de contemplación. Ponían la atención en la búsqueda de estrategias y lógicas para producir una suspensión del sentido, es decir, encontrar el punto preciso en el que el signo lingüístico no puede cerrarse, pero al mismo tiempo no está completamente abierto.

Podríamos decir que Mágica y elástica es el mundo anterior, o una suerte de premonición de un mundo que está por venir, aquí operan unas fuerzas primigenias que dibujan y apuntan al lenguaje y la práctica que vimos entonces en Las Ultracosas. Hay una imagen sugerente que evoca lo que sucede:

Tomemos un punto cualquiera de Las Ultracosas, pongámonos en un momento en el que Cécile se agacha al filo de empezar un lipsync. Tomemos un punto cualquiera de su rodilla, en el espacio interno de esa articulación, un espacio abierto, a oscuras. Ahora, ahí, está sucediendo Mágica y Elástica entera.
En la producción de Cuqui Jerez siempre ha habido un interés por lo objetual. En un principio se formalizaba entendiendo los objetos como signos en relación al lenguaje, atendiendo a su carga semántica y sosteniéndola, negándola o tergiversándola. A partir del proceso de investigación de The Dream Project (2013/2016) comienza a surgir una fascinación por la materialidad de las cosas y empieza a prestar especial atención a cómo se comporta la materia observando sus cualidades: su peso, su textura o su manera de caer y de arrastrarse cuando es activada por un cuerpo. A partir de piezas como Crocodiles and Alligators (2012), Unos Pasodobles (2013), El lago (2015) y El Fenómeno de las Fuerzas Ficticias (2016), entre otras, su trabajo fue adquiriendo un carácter más contemplativo, dirigido a la búsqueda de una percepción no conceptualizada, que exploraba dramaturgias abiertas y consideraba cada vez más la dimensión plástica de la experiencia.

En Mágica y Elástica la investigación indaga sobre la capacidad narrativa de la música y pone al cuerpo en el centro. La riqueza de relaciones y formas que en otros momentos se había explorado a través de objetos, se traslada al cuerpo, que se vuelve una suerte de recipiente de intensidades, tensiones y texturas que convocan emociones muy apegadas a su materialidad. Los performers se dejan atravesar por una serie de estados corporales que han estado detectando y trabajando. Son fuerzas que emergen y mecanismos que condicionan las relaciones que vemos en escena provocando una proliferación de los sentidos, tanto perceptivos como conceptuales.

La pieza propone un tiempo que toma la forma de un paisaje, si bien hay líneas y elementos dramatúrgicos, no hay una narración que guíe la experiencia. Hay un trabajo palpable de composición, van apareciendo capas, cantidad de planos que resuenan, que se despliegan en el tiempo y que a través de su deconstrucción producen una percepción dislocada del sentido y las lógicas de relación de los cuerpos. La fragmentación de la composición hace que, en ocasiones, las causas de los eventos estén separadas de sus efectos. Es un juego de premoniciones: lo que se ha anunciado media hora antes y quedó interrumpido se convierte en un recuerdo que explota.

Se podría decir que un rasgo clave de la producción de Cuqui Jerez es que toma las preconcepciones como materia y a través de su dislocación ofrece un terreno que es resemantizado de manera constante. Anudar lo experimental con referencias populares o más conocidas ofrece la generosa posibilidad de agarrarse a algo a la hora de revolver las convenciones. Aquí sucede con la mezcla de estéticas, guiños y estilos, el género del musical, la evocación de un concierto o la espina que nos clava el recuerdo de aquella banda sonora. Y es precisamente en este sentido en el que Mágica y elástica podría leerse como una temporalidad dislocada dentro del cliché de un musical o un concierto.

Andrea Rodrigo